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DIABETES

Conoce qué es, su diagnóstico y todos los pasos a seguir para detectarlo

DEFINICIÓN DE DIABETES

La diabetes mellitus es un tipo de patologías endocrino-metabólicas crónicas que se caracterizan por la presencia de una cantidad elevada de glucosa en la sangre de las personas que la padecen a consecuencia de la falta de insulina o el mal funcionamiento de dicha hormona.

La insulina es la hormona que el páncreas produce en respuesta a un aumento de la concentración de glucosa en sangre, generalmente resultado de la digestión y posterior absorción de los azúcares presentes en la comida. Cuando a las células del organismo llegan las moléculas de insulina se activan los mecanismos que permiten que la glucosa penetre al interior de las mismas. Si no hay insulina, o si las células no reconocen adecuadamente la presencia de la hormona, la glucosa no puede entrar en ellas. La consecuencia inmediata es la acumulación de este azúcar en el torrente sanguíneo y la incapacidad de las células de utilizar esta fuente de energía.

En algunas personas la diabetes se desarrolla porque el páncreas pierde la capacidad de fabricar la hormona como resultado de una reacción autoinmune del propio organismo contra las células que secretan la insulina. En otros casos, el páncreas mantiene la capacidad de producir insulina, pero es el resto del cuerpo el que se vuelve resistente a su acción.

Los síntomas de la diabetes incluyen una mayor frecuencia de la necesidad de orinar, ya que el exceso de glucosa se intenta eliminar a través de la orina, mediante los riñones, lo que se acompaña de un aumento de la necesidad de ingerir líquidos para evitar la deshidratación. Otros síntomas están más relacionados con la falta de energía, sobre todo en el sistema nervioso, que pueden llegar a provocar cansancio extremo, visión borrosa e incluso pérdida de conciencia. La aparición de los síntomas dependerá del tipo de diabetes y sus causas, pudiendo en ocasiones pasar desapercibidos durante largos periodos de tiempo, lo que dificulta su diagnóstico. Una diabetes sin el adecuado tratamiento puede generar complicaciones severas en la salud de las personas.

Tipos de diabetes identificadas

Se conocen 5 tipos de diabetes distintas respondiendo a diferentes genéticas, edades y posibles causas:

  • Diabetes tipo 1
  • Diabetes tipo 2
  • Diabetes gestacional
  • Diabetes tipo MODY
  • Diabetes tipo LADA

Diagnóstico Diabetes

El diagnóstico de la diabetes mellitus, ya sea diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2, se alcanza al encontrar de manera consistente unos valores elevados al analizar los niveles de glucosa en sangre. Esta medición se realizará ante la sospecha, por parte del médico, de que la diabetes puede ser la causa de los síntomas que presenta la persona, cuando estos se manifiestan, o como parte de programas de cribado ente las personas pertenecientes a los grupos de riesgo (embarazadas, personas con sobrepeso u obesidad, etcétera). Un diagnóstico de Enfermería sobre la salud del paciente puede ser motivo para que el médico ordene la realización de pruebas para determinar si tiene diabetes.

Existen 3 tipos diferentes de pruebas para un posible diagnóstico de diabetes, aunque normalmente se requiere más de una prueba para confirmar el diagnóstico:

  • Test de glucemia basal
  • Prueba de tolerancia a la glucosa o curva de azúcar
  • Medición de la hemoglobina glicosilada (HbA1c)

Es muy importante poder realizar un diagnóstico precoz para poder iniciar cuanto antes el tratamiento, comenzar con las inyecciones de insulina si es necesario y adaptar los hábitos de vida a la patología, a fin de poder llevar una vida plena y evitar las consecuencias a corto y largo plazo, derivadas de la falta de control de los niveles de azúcar en sangre.

Cuidado y tratamiento de los síntomas de la diabetes

El tratamiento y cuidado de la diabetes tiene por objetivo tener bajo control los niveles de glucosa en la sangre. Para ello, una vez diagnosticada la diabetes, es necesario seguir un control adecuado de la patología, sobre todo en lo relativo al tratamiento farmacológico; la ingesta de hidratos de carbono, para evitar que un consumo excesivo de azúcares eleve la glucemia por encima de los umbrales saludables; y llevar un estilo de vida activo, realizando ejercicio físico.

Todas las personas con diabetes tipo 1 necesitan seguir un tratamiento con insulina, así como algunas personas con diabetes tipo 2 o diabetes gestacional, aunque con diferencias en cuanto a su pautado durante el día. Será responsabilidad del médico, en coordinación con el paciente, establecer el tratamiento adecuado, en el que se especificarán las dosis y frecuencias necesarias en cada caso particular, modificándolo de forma conveniente según progrese la enfermedad o se produzcan cambios en la salud del paciente.

Posibles consecuencias de la diabetes

La diabetes mellitus puede presentar graves complicaciones si no se mantiene un adecuado control de los niveles de glucosa en sangre, tanto a corto como a largo plazo. Esto es lo que se conoce como complicaciones agudas, por un lado, y complicaciones crónicas, por otro.

Complicaciones agudas

Complicaciones crónicas

  • Eventos cardiovasculares
  • Neuropatía diabética periférica / Pie diabético
  • Retinopatía diabética y problemas de salud visual
  • Nefropatia diabética
  • Disfunción sexual
  • Problemas de salud bucal
  • Infecciones

Complicaciones de la diabetes gestacional

  • Probabilidad de sufrir preeclampsia
  • Adelanto del parto / complicaciones obstétricas
  • Posibilidad de macrosomía fetal

Dieta y alimentación con Diabetes

Convivir con la diabetes conlleva controlar la alimentación. Una nutrición adecuada es uno de los pilares para el buen control de la diabetes, junto con la actividad física y el tratamiento farmacológico.

Esto, no obstante, no significa que no se pueda comer de todo, sino tan solo que habrá que tener en cuenta qué, cuánto y cuándo se come de cada grupo de nutrientes. El objetivo es tener bajo control los niveles de glucosa en sangre, evitando que se eleven demasiado pero también que bajen en exceso. Consumir más hidratos de carbono de lo requerido puede provocar una hiperglucemia, pero no consumir los suficientes puede acarrear la situación contraria, una hipoglucemia.

Ejercicio con Diabetes

Practicar ejercicio físico de forma habitual, sirve para prevenir la aparición de la diabetes tipo 2. No solo mejora la sensibilidad del organismo a la insulina, sino que el gasto calórico contribuye a evitar el sobrepeso, el otro factor de riesgo principal para el desarrollo de la patología.

la práctica diaria de ejercicio es una gran herramienta para prevenir las situaciones de hiperglucemia en las personas con diabetes. La mayor parte de las personas con diabetes tipo 2 consigue manejar los niveles de azúcar en sangre mediante el control de la dieta y la práctica habitual de ejercicio.

No hay un mejor ejercicio para la diabetes, pero sí que es aconsejable realizar actividades físicas aeróbicas, como correr, nadar, montar en bicicleta, o practicar deportes como fútbol, que son los que más glucosa consumen. También es bueno realizar ejercicios de fuerza para mejorar la resistencia muscular, como las pesas o las máquinas de gimnasio, aunque este tipo de actividad física más intensa puede conllevar el aumento transitorio de los niveles de glucosa en sangre.

Prevención de la diabetes

A pesar de que la diabetes mellitus se caracteriza por la incapacidad del organismo para controlar el exceso de glucosa en la sangre, las causas de dicha incapacidad son distintas según el tipo de diabetes y, mientras que unas son prevenibles, otras no lo son.

No es posible prevenir la diabetes tipo 1. Se desconocen las causas que provocan que el cuerpo desarrolle una respuesta autoinmune contra las células del páncreas que secretan la insulina, si bien se sabe que no es una enfermedad contagiosa ni provocada por un hipotético exceso de consumo de azúcares en la alimentación. Podría haber un componente genético que predisponga al desarrollo de la diabetes tipo 1, a lo que podría añadirse alguna otra situación adicional, como por ejemplo una infección vírica. Ambos elementos imposibilitan prevenir o predecir quién o cuándo desarrollará la enfermedad.

La diabetes tipo 2, por el contrario, puede prevenirse hasta cierto punto, ya que buena parte de los factores de riesgo asociados con la aparición de la enfermedad están relacionados con hábitos de vida modificables, tales como, por ejemplo, el exceso de peso, el sedentarismo o el consumo de tabaco. Por ello, realizar los cambios adecuados en el estilo de vida puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Sin embargo, otros factores como la edad, los antecedentes familiares o padecer síndrome de ovario poliquístico no pueden evitarse.

Las personas tienen más probabilidad de padecer diabetes tipo 2 si cumplen una o varias de las siguientes características:

  • Tener sobrepeso u obesidad.
  • Llevar un estilo de vida sedentario, sin realizar apenas actividad física.
  • Tener más de 45 años.
  • Tener familiares cercanos con diabetes.
  • Ser de origen étnico no europeo.
  • Tener la tensión arterial alta.
  • Tener elevados niveles de colesterol o triglicéridos en sangre.
  • Tener antecedentes de diabetes gestacional.
  • Padecer depresión.
  • Tener síndrome de ovario poliquístico.
  • Tener prediabetes.

Algunas personas tienen alterados sus niveles de glucosa en sangre pero no llegan a rebasar los umbrales diagnósticos de la diabetes, lo que se conoce como “prediabetes”. A estas personas puede serles diagnosticada una glucosa en ayuno alterada, si su glucemia basal está entre 110 y 125 mg/dl, o bien una tolerancia a la glucosa alterada, si en una prueba de tolerancia oral a la glucosa a las dos horas presentan una glucemia entre 140 y 200 mg/dl. No todas las personas con prediabetes terminan desarrollando una diabetes tipo 2, pero tienen mayores probabilidades que las personas con unos niveles de glucosa en sangre normales.

Si se pertenece a cualquiera de los grupos de riesgo, y en especial si se ha diagnosticado prediabetes, una modificación del estilo de vida puede ayudar a prevenir o retrasar el desarrollo de la diabetes tipo 2. Estos cambios en la alimentación y la actividad física son similares al tratamiento indicado para aquellas personas que padecen la enfermedad, sencillamente porque consisten en llevar una alimentación sana y equilibrada y un nivel de actividad física saludable, de unos 30 minutos diarios de intensidad moderada. Estas recomendaciones podrán ser individualizadas dependiendo de las circunstancias de cada persona, por ejemplo si tiene problemas circulatorios o si tiene un exceso de peso que sea conveniente eliminar, con un plan de alimentación específico y unas pautas de ejercicio personalizadas. habitos para la prevención de la diabetes

Algunos medicamentos antidiabéticos orales actúan como sensibilizadores a la acción de la insulina, por lo que pueden utilizarse para combatir el aumento de la resistencia a esta hormona en el organismo. Por este motivo, el médico podrá considerar recetar la administración de metformina a las personas con mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, como en casos de obesidad, prediabetes o antecedentes por diabetes gestacional.

El exceso de peso y el sedentarismo son también factores de riesgo para desarrollar diabetes gestacional, por lo que se recomienda a las mujeres embarazadas seguir una dieta saludable y llevar una vida activa, siempre dentro de sus posibilidades, para evitar una ganancia de peso excesiva y que su cuerpo genere resistencia a la insulina. No es conveniente que una mujer embarazada siga una dieta para perder peso, por lo que, si se tiene sobrepeso u obesidad, es recomendable perder algo de peso antes de quedar encinta, y, una vez iniciada la gestación, el régimen alimenticio tendrá que adaptarse a las nuevas necesidades de la mujer y el feto.

Consejos sobre hábitos saludables para prevenir la diabetes

Tomar medidas para llevar unos hábitos de vida saludables puede servir para prevenir o, al menos, retrasar el desarrollo de la diabetes tipo 2. En especial, conviene llevar una alimentación sana y equilibrada, realizar ejercicio de manera habitual y mantener el peso en un nivel saludable.

Para lograr estos objetivos, podrá ser útil seguir los siguientes consejos:

Comer frutas y verduras en cada comida. Este tipo de alimentos aportan hidratos de carbono de absorción lenta y tienen fibra, lo que ayuda a la sensación de saciedad. Cada comida principal debería incluir una verdura. La fruta puede comerse como postre pero también como tentempié o merienda saludable.

Equilibrar las fuentes de proteínas. Las proteínas son importantes, pero conviene obtenerlas de fuentes saludables, reduciendo la ingesta de carnes rojas y favoreciendo las proteínas de origen vegetal presentes en legumbres, frutos secos y cereales integrales. También es recomendable incluir más pescado, especialmente azul, aves y lácteos bajos en grasa; y reducir el consumo de carnes rojas y fiambres.

Evitar el consumo excesivo de grasas saturadas y las grasas trans. Las grasas saturadas, como las de origen animal presentes en carnes y lácteos, son menos saludables que las insaturadas, generalmente de origen vegetal, como el aceite de oliva, el aguacate o los frutos secos. El pescado azul también es una fuente natural de ácidos grasos insaturados omega 3. Las grasas trans son ácidos grasos insaturados obtenidos industrialmente por hidrogenación de grasas saturadas y su ingesta eleva el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, por lo que se debería evitar por completo el consumo de este tipo de ingredientes, presentes en repostería industrial, aperitivos y platos preparados.

Reducir el consumo de hidratos de carbono y evitar las bebidas con azúcar. Los carbohidratos son necesarios, pero es preferible que estos sean de absorción lenta, por lo que es mejor comer frutas y cereales integrales que zumos y harinas refinadas. Es por ello recomendable evitar los refrescos azucarados y el consumo habitual de dulces. Eliminar el tabaco y evitar el alcohol. El consumo de estas sustancias aumenta el riesgo de diabetes, además de presentar muchos otros efectos perjudiciales para la salud.

Realizar actividad física a diario. Evitar el sedentarismo es fundamental para llevar una vida saludable. La falta de actividad física suficiente contribuye al sobrepeso y a generar resistencia a la insulina, mientras que unos hábitos de vida activos contribuyen a mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada al día. Este objetivo se puede conseguir si se incorporan a la vida diaria hábitos saludables, como caminar o montar en bicicleta para ir a los sitios, en lugar de conducir, o subir escaleras, en lugar de usar el ascensor.

Controles periódicos del estado de salud. Llevar un seguimiento del estado de salud puede ayudar a mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre, así como la presión arterial y el colesterol, y tomar las medidas oportunas en caso de que se detecten desviaciones.

Control de la diabetes y prevención de complicaciones

La diabetes es una enfermedad crónica; el tratamiento de la patología no está destinado a su curación, ya que esta no es posible, sino a evitar que tenga consecuencias negativas en la salud de las personas que la padecen. El control de los niveles de glucosa en la sangre evitará, por un lado, las crisis agudas de hiperglucemia o hipoglucemia y, por otro, una situación de hiperglucemia crónica que genere otras complicaciones, como pié diabético, retinopatías o disfunción renal.

El método de control de la glucemia dependerá del tipo de diabetes y del tratamiento que requiera. Las personas con diabetes tipo 1, o las que tengan otro tipo de diabetes y requieran inyecciones de insulina, se beneficiarán de un seguimiento diario, incluso a distintas horas del día. El nivel de glucosa en sangre podrá medirse mediante un glucómetro, que con una gota de sangre y una tira reactiva puede estimar la glucemia capilar. También existen dispositivos, como el sistema de monitorización continua y el sistema flash. Tener estas medidas permitirá ajustar la dosis de insulina y detectar desviaciones, tanto subidas como bajadas de azúcar.

Todas las personas con diabetes deberán realizarse análisis periódicos de hemoglobina glicosilada (HbA1c), que sirve como indicador del nivel promedio de glucosa en sangre en los últimos dos meses.

Además del control adecuado de la glucemia para prevenir la aparición de complicaciones a largo plazo, las personas con diabetes pueden tomar otras medidas para evitarlas o detectarlas a tiempo:

Revisar los pies a diario: una de las posibles consecuencias de una diabetes mal tratada es la pérdida de sensibilidad en las extremidades, debida tanto a la afectación de la circulación sanguínea periférica como a daños en los nervios. Esta falta de sensibilidad, que se conoce como pie diabético, puede dificultar la detección de posibles heridas en los pies, cuya mala curación puede generar úlceras con riesgo de necrosis y necesidad de amputación. Una inspección ocular y manual diaria servirá para alertar de la aparición de cualquier problema que haya podido pasar desapercibido.

Acudir a revisiones periódicas de la vista: otra posible complicación de la diabetes es la retinopatía diabética. En sus fases iniciales, las retinopatías pueden no presentar síntomas hasta que la vista se vea afectada de manera significativa, por lo que conviene acudir a un oftalmólogo de manera periódica para revisar que las retinas no presentan daños o alteraciones. Cualquier cambio en la visión, como vista borrosa o disminución de la agudeza visual periférica, deberá ser consultada con el médico.

Controlar el consumo de grasas y evitar el alcohol: la ingesta de grasas y alcohol pueden tener consecuencias sobre la salud cardiovascular y hepática, lo que dificultará el control de la glucosa en sangre y facilitará que aparezcan complicaciones de la diabetes, como daños renales.

Hacerse controles de orina: la nefropatía diabética y la insuficiencia renal son otras de las posibles complicaciones de la diabetes, por lo que un análisis periódico de la función renal ayudará a detectar a tiempo cualquier problema en los riñones. Una ingesta diaria suficiente de líquidos ayudará a conservar la función renal óptima. Mantenerse activo: evitar el sedentarismo no solo contribuye a controlar la hiperglucemia y reducir la resistencia del organismo a la insulina, también favorece la circulación sanguínea, por lo que mantener el cuerpo activo puede ayudar a evitar problemas, como el pie diabético.

«El contenido y la información de esta web son consejos y recomendaciones, que en ningún caso sustituyen el tratamiento y las pautas de un profesional sanitario, quien es la persona de referencia en caso de dudas médicas»

Nuevas tecnologias

Avances en diabetes

Durante la última década, se han desarrollado NN TT que permiten que los pacientes con diabetes mantengan un mejor control de su patología y disfruten de una mayor autonomía en su día a día, reduciendo la incidencia de complicaciones de la diabetes y logrando, en definitiva, una mejora de la calidad de vida de las personas que conviven con la diabetes.

Entre estas opciones innovadoras, podemos encontrar las siguientes:

Sistemas de Monitorización Continua de Glucosa

Es un dispositivo que permite medir, de manera continua, los niveles de glucosa. Realiza lecturas cada cinco minutos y, además, permite observar la tendencia de la glucosa y la velocidad a la que sube o baja. También dispone de opciones de alertas personalizables que avisan al usuario cuando sus niveles de glucosa en sangre se salen de los recomendados por su profesional sanitario de referencia.

Sistema de monitorización flash

Este dispositivo consta de un lector y un sensor, que tiene un catéter que se mantiene en contacto con la piel, mediante un adhesivo. El sistema de monitorización flash mide los niveles de glucosa en el líquido intersticial, generando una lectura continua de la glucosa, sin necesidad de calibración con glucemias capilares, que el paciente puede escanear en cualquier momento.

Sistemas de asa cerrada

También se conocen como sistemas de páncreas artificial o sistemas de infusión automatizada de insulina. Posee tres elementos: una bomba de insulina, un sensor de continuo de glucosa intersticial en tiempo real y un algoritmo. Este último, determina la cantidad de insulina que debe infusionar la bomba, en función de las lecturas realizadas por el sensor. De esta forma, los niveles de glucosa en sangre se mantienen en valores estables y adecuados.

Bomba de infusión continua de insulina

Es un dispositivo de administración de insulina indicado para personas con diabetes mellitus tipo 1. No mide la glucosa y cuenta con un depósito no inteligente. Esto significa que la bomba debe ser programada de acuerdo con las necesidades de cada persona a lo largo del día. Debido a que la bomba no mantiene los niveles de glucosa dentro de la normalidad por sí misma, el usuario debe realizar controles de glucemia capilar.

Tratamientos farmacológicos

Existen dos nuevos grupos de opciones en este campo, con los que se ha conseguido la reducción de la morbimortalidad y la mejora de la calidad de vida de los pacientes con diabetes.

Inhibidores del iSGLT2

Se trata de fármacos antihiperglucemiantes, que se administran por vía oral, y que son eficaces en los siguientes aspectos:

  • Control glucémico y metabólico.
  • Protección renal y cardiovascular, con disminución de la incidencia de isquemias coronarias, insuficiencias cardiacas y enfermedad cerebrovascular.
  • Disminución del peso.

Agonistas del receptor del GLP-1

También se conocen como miméticos de incretina. Imitan la acción del GLP-1 que produce el cuerpo por sí mismo, y que permite el control de los niveles de glucosa en sangre. Son inyectables y de administración semanal, aunque recientemente se han desarrollado también en formato oral. Han demostrado su efectividad en los siguientes aspectos:

  • Pérdida de peso.
  • Control metabólico y de la glucosa sin hipoglucemias.
  • Protección cardiovascular y disminución del riesgo de eventos ateroescleróticos