La vacuna experimental PRV-101 ha obtenido buenos resultados en su fase inicial de estudio en humanos. La inyección ha permitido crear anticuerpos contra el virus coxsackie B, que se considera el desencadenante de diferentes patologías autoinmunes, como la diabetes tipo 1 (DM1), la celiaquía o la miocarditis.
Sobre la relación existente entre la DM1 y este virus, el doctor Heikki Hyoty, científico a cargo de la investigación, ha señalado que “el coxsackie B es capaz de infectar las células beta pancreáticas productoras de insulina. La respuesta immune contra el virus a veces conlleva el ataque autoimmune de células sanas”. De esta forma, la vacuna permitiría evitar estos daños en el páncreas, así como la respuesta autoinmune que desencadenaría determinados casos de diabetes tipo 1.
Los expertos son optimistas respecto al desarrollo de esta vacuna, cuya aplicación sería especialmente beneficiosa durante la infancia. Así, podría reducirse la incidencia de la diabetes tipo 1, que según la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), aumenta hasta un 3% cada año en Europa, siendo una de las patologías crónicas con más prevalencia en la infancia y en la juventud.
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