Rutina de ejercicio y diabetes

Según un estudio realizado por la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD, según sus siglas en inglés), hacer ejercicio durante la tarde o la noche reduce la resistencia a la insulina, mejorando así el control de la glucemia.

Las personas que llevan un estilo de vida sedentario tienen un mayor riesgo de padecer obesidad, que a su vez está vinculada a la probabilidad de padecer diabetes tipo 2. Y aunque la práctica de actividad física es positiva a cualquier hora del día, es por la tarde y a últimas horas del día donde se encuentran más beneficios: se reducen los niveles de triacilglicerol, relacionados con la concentración de grasa en el hígado y se favorece el correcto funcionamiento de la insulina, disminuyendo los niveles de glucosa en sangre y mejorando la salud metabólica.

El deporte, por tanto, ha demostrado ser la mejor opción para reducir la grasa hepática y mejorar la sensibilidad a la insulina, clave para que las personas con diabetes puedan mantener unos niveles adecuados de su azúcar en sangre, y prevenir las posibles complicaciones derivadas de la diabetes tipo 2, que abarcan desde enfermedades cardiovasculares y renales, hasta problemas visuales y o neuropáticos.