El ejercicio físico es, junto con una dieta saludable, clave para el cuidado de las personas con diabetes. Al igual que sucede con cualquier otra prescripción médica, debe recomendarse de forma individualizada; no obstante, diferentes investigaciones han tratado de averiguar en qué momentos del día o en qué proporción es más beneficioso realizar esta práctica.
Según un metaanálisis publicado en 2022 en la revista Sports Medicine, una breve caminata ligera después de una comida puede reducir un 17% los niveles de azúcar en la sangre, rebajando los picos de glucosa que se producen tras las comidas.
Esto es así porque después de comer, la glucosa, junto con el resto de nutrientes, pasa al torrente sanguíneo elevando los niveles de azúcar en el organismo, tal y como expone a El País Carmen Sanz, profesora de Biología Celular en la Universidad Complutense de Madrid. Pasear en esta franja horaria puede ayudar a quemar esta glucosa normalizando sus niveles.
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