La diabetes tipo 1 se produce cuando el páncreas no genera insulina. Aunque sus causas no están determinadas, se cree que está producida por una mezcla de factores genéticos y medioambientales, por lo que se suele manifestar ya desde la infancia y juventud. Sin embargo, no siempre es fácil identificar los primeros síntomas.
Tal y como el especialista en endocrinología y nutrición del Hospital Vithas de Las Palmas Rodrigo Bahamondes explica al medio CuídatePlus, las familias deben vigilar la aparición temprana de las señales que integran la llamada “triple P”: Poliuria, Polidipsia y Polifagia. Se trata de síntomas leves al principio, relacionados con la regulación de líquidos en el cuerpo. Ante su aparición, es conveniente acudir a un profesional sanitario para obtener un diagnóstico.
Así, la poliuria es el aumento de las ganas de orinar. Debido a que el cuerpo no puede sintetizar la glucosa, esta se elimina a través de la orina aumentando el volumen de la misma. En consecuencia, el paciente presentará polidipsia, es decir, la sensación exagerada de sed. Por último, el funcionamiento deficiente de la glucosa en el cuerpo genera polifagia o aumento del apetito. Cuando se trata de diabetes tipo 2, a estas señales debemos añadir una cuarta “P”: la pérdida de peso, síntoma de hiperglucemia.
Es normal que en familias sin antecedentes de diabetes sea difícil saber ver ciertas señales que anuncian la aparición de esta patología. El trabajo de divulgación de expertos y profesionales sanitarios, sin embargo, contribuye a la formación diabetológica de la población y vuelve más sencilla la tarea. Puedes leer la noticia completa en este enlace.