Un grupo de investigadores del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental ha desarrollado un nuevo tipo de insulina no fibriladora que podría mejorar el suministro clínico a las personas con diabetes.
Este equipo ha logrado sintetizar un análogo de la insulina llamado glicoinsulina, que tiene los mismos efectos que la insulina nativa a la hora de reducir los niveles de glucosa, pero sin la formación de fibrillas, las cuales se producen cuando los compuestos de insulina se amontonan hasta formar grumos, algo que puede interferir en la administración de insulina a través de las bombas, con consecuencias peligrosas.
Uno de los científicos que ha participado en la investigación ha explicado que “no solo no forma fibrillas, incluso a altas temperaturas y concentraciones, sino que también es más estable en el suero humano que la insulina nativa. Estos hallazgos podrían posicionar a la glicoinsulina como un excelente candidato para su uso en bombas de insulina y una forma de mejorar la vida útil de los productos insulina”.
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