Hipertensión arterial y diabetes

De los 6 millones de personas que conviven con diabetes en España, más de la mitad de ellos padecen, además, hipertensión arterial. La hipertensión arterial supone uno de los mayores riesgos cardiovasculares. Y el motivo de que afecte a tantas personas es porque es provocada por algunos hábitos comunes (y poco saludables) en la población, como lo son el tabaquismo, el consumo de alcohol, una vida sedentaria o una dieta poco adecuada. Y además, conforme envejecemos, aumenta el porcentaje de personas afectadas tanto por la diabetes como por la hipertensión.

La hipertensión es cuando la sangre ejerce demasiada presión contra las paredes de las arterias, y que puede provocar, en la mayoría de los casos, problemas cardíacos. Por otro lado, de todas las personas que tienen hipertensión, solo lo saben el 50%, aunque son signos muy claros los que hacen saltar las alarmas: dolores de cabeza, zumbidos en los oídos, vértigo, dolor torácico, y hemorragias nasales. El desconocimiento hace que los niveles de presión arterial empeoren, al no poner vías para mantenerlas estables.

Cuando además de diabetes se padece hipertensión, no deben monitorearse únicamente los niveles de glucosa en sangre, sino también la presión arterial a través de un baumanómetro. También hay que tener en cuenta otros factores, como la frecuencia cardíaca en reposo (que no debe superar los 100 latidos por minuto), y se deben reducir todos aquellos riesgos posibles derivados de un mal tratamiento. De este modo, se podrán evitar muchas de las complicaciones derivadas de la diabetes y la hipertensión, como los problemas cardiorrenales, las retinopatías o las nefropatías, entre otros problemas de la salud.