Las heridas son algo habitual en nuestra piel, que se producen por algo tan cotidiano como roces o pequeños accidentes domésticos. Aunque en principio las heridas si son pequeñas no deben causar mayor preocupación, en el caso de las personas con diabetes hay que llevar un cuidado especial, ya que la cicatrización es más lenta y complicada, aumentando el riesgo de sufrir infecciones y, en el peor de los casos, la necesidad de amputación.
Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y publicado en la revista Advanced Materials, un nuevo tipo de polímero mejora el proceso biológico de los fibroblastos, que son los encargados de formar el nuevo tejido necesario para la cicatrización. Tras aplicar estas partículas directamente sobre las heridas, los científicos pudieron observar cómo se triplica la actividad de los fibroblastos y cómo se cierra la herida en un 80% en un breve periodo de tiempo.
La eficacia de estos polímeros radica en sus cadenas largas y repetitivas de moléculas, que proporcionan instrucciones a las células inmunitarias y no inmunitarias para favorecer la curación de heridas en general, y en personas con diabetes en particular.
Los investigadores continúan ahondando en este descubrimiento, que abre la puerta a más tratamientos cutáneos que podrían ofrecer una solución muy rápida a los problemas de heridas e infecciones tópicas de pacientes con diabetes.