El consumo de fibra, que puede encontrarse en legumbres, verduras y frutos secos, puede ser especialmente beneficioso para las personas con diabetes. El cuerpo no puede absorber la fibra, por lo que tras su ingesta no se producen aumentos súbitos del nivel de glucosa en sangre, como los que sí que provocan otros tipo de carbohidratos semejantes, facilitando el control de la diabetes por parte de los pacientes.
Además, según la red de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés) de Estados Unidos, el consumo regular de fibra ayuda a reducir el sobrepeso y reduce el riesgo de sufrir de algunas complicaciones de la diabetes, como las enfermedades coronarias.
Para incorporarla en la dieta, la CDC recomienda optar por productos integrales y verduras sin almidón. Además, aconsejan el consumo de frutos secos y semillas, como las almendras o las pipas de girasol, entre las comidas.
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