Estímulos visuales y diabetes

Sin siquiera darle un bocado a la comida, se producen algunos estímulos que provocan alteraciones en nuestro organismo. Por ejemplo, cuando se tiene hambre, con tan solo ver los alimentos, se desencadena la salivación y se prepara el cuerpo para la digestión. En esta línea, según un estudio de la Universidad de Basilea y el Hospital Universitario de Basilea, ver u oler comida que resulte apetitosa, activa la producción de insulina.

Esta liberación de insulina se produce por el inicio de la llamada fase cefálica, que hace que el sistema nervioso estimule al páncreas, productor de insulina, mediante la interleucina 1 beta o el pirógeno leucocitario, ante la visión, sabor u olor de la comida. Esto se traduce en que, ante una percepción sensorial, empieza a segregarse más insulina.

Mientras que este proceso de secreción de insulina no supone ningún riesgo para las personas con un Índice de Masa Corporal (IMC) normal, en las personas con obesidad se produce una respuesta excesiva, aumentando su riesgo de padecer diabetes.

Esta investigación resulta muy valiosa puesto que, a partir de ahora, podrá tenerse en cuenta este mecanismo de respuesta del páncreas, para poder desarrollar terapias para la diabetes. Además, deja clara, una vez más, la necesidad de mantener un peso normal para evitar el debut y desarrollo de la patología, siempre con una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio como principales retos.

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