Las personas con diabetes deben prestar especial atención al cuidado de la piel en verano, una época en la que se ve expuesta con mayor intensidad a agentes naturales, como el sol, la arena y el agua clorada o salada, que pueden resecarla y deshidratarla, lo que hace recomendable tomar medidas específicas para su protección. Por eso, desde la Federación Española de Diabetes se recomienda seguir los siguientes consejos:
- Protegerse del sol. Se deben emplear cremas solares, SPF30 o superior, para evitar quemaduras en la piel, siendo recomendable su aplicación cada dos horas y después del baño; junto con el uso de gafas y sombreros, para aumentar la protección.
- Limpiar e hidratar la piel. Se recomienda limpiar la piel después del baño y el ejercicio físico, con agua templada, hidratándola después con productos respetuoso con el pH de la piel. Para favorecer esta hidratación, también se debe ingerir una media de 2-2,5 litros de agua al día y consumir frutas y verduras en abundancia.
- Cuidar los pies. El cuidado de estas extremidades es fundamental para prevenir el pie diabético, por lo que se aconseja el uso de zapatos y calcetines adecuados; mantener el pie hidratado; evitar el exceso de humedad; autoexaminarse los pies; y solicitar al médico que lleve a cabo las revisiones oportunas para detectar y tratar posibles heridas, infecciones u hongos, de forma precoz
Para más información, consulta: “El cuidado de la piel, también fundamental en diabetes” (nota de prensa).