El sedentarismo, profundamente arraigado en nuestras sociedades actuales, ha aumentado todavía más en los últimos tiempos, debido a la pandemia por la COVID-19. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayor parte de los jóvenes realiza menos ejercicio físico del que debería, lo que puede repercutir negativamente en su salud y aumentar sus niveles de azúcar en sangre.
Así lo corrobora un estudio de la Universidad de Bath, en el transcurso del cual 20 jóvenes, sin patologías previas, han permanecido tumbados durante semanas. Los resultados, publicados en la revista Clinical Nutrition, confirman cómo la inactividad a largo plazo provoca un aumento significativo de los niveles de azúcar en sangre, incluso aunque se reduzca la ingesta de alimentos azucarados.
Según los expertos, la actividad física es un requisito indispensable para mantener una buena salud metabólica. Mantenerse en reposo durante largos periodos de tiempo, por el contrario, aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2. Por otro lado, estudios como este subrayan la importancia de trabajar la musculación en las personas con movilidad reducida, un campo en el que se están desarrollando cada vez más avances tecnológicos.