Diabetes y problemas de la piel

El mal funcionamiento de las células hace que la diabetes derive en otros problemas, y uno de los más comunes está relacionado con la piel. Tener unos niveles de azúcar más altos de la cuenta provocará que la piel de todo el cuerpo (y especialmente la del rostro) pierda brillo, elasticidad e hidratación y, por tanto, empeore su apariencia.

Bajo la idea de que esto es algo simplemente estético, los pacientes de diabetes no suelen visitar a su dermatólogo para ponerle solución a estos problemas. Y, al contrario que otras afecciones derivadas de la diabetes (como la retinopatía, el pie diabético o la fatiga), que no llegan a afectar a todas las personas con diabetes, las afecciones cutáneas provocan problemas en el 30% de los pacientes en su debut, y hasta a un 100% durante el desarrollo de la patología.

De hecho, los problemas e imperfecciones de la piel pueden llegar a arrojar un diagnóstico temprano de la diabetes, pues es uno de los primeros síntomas que se tienen. Los brotes de acné en adultos, la urticaria o los herpes labiales pueden ser señal de unos altos niveles de glucosa en sangre.

Y una vez diagnosticado de diabetes, se debe cuidar la alimentación, hacer ejercicio, adherirse al tratamiento farmacológico y seguir los consejos de los profesionales sanitarios, para así evitar complicaciones más graves como necrobiosis lipoídicas, dermopatías diabéticas, engrosamiento cutáneo o algunas dermatosis.

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