El alcohol en diabetes puede llegar a ser peligroso debido a que puede aumentar el riesgo de hipoglucemias al metabolizarlo en el hígado, momento en el que se deja de liberar glucosa y los niveles caen drásticamente, tanto al ingerir este tipo de bebidas como tiempo después de haberlo hecho.
Además, puede interferir en la medicación y en la toma de insulina y hacer que tenga más o menos efecto, por lo que si se decide consumir alcohol, es indispensable que sea moderado para evitar posibles complicaciones.
Los expertos inciden en una serie de consejos a tener en cuenta, tales como no ingerir bebidas alcohólicas si la diabetes está descompensada o mal controlada o se tiene el estómago vacío; advertir al entorno que se tiene diabetes; y nunca quedarse dormido durante muchas horas después de haber consumido alcohol.
Por otra parte, es importante también tener en cuenta que el alcohol es muy calórico, por lo que su consumo habitual contribuye al aumento de peso y a la obesidad, repercutiendo directamente en mayores probabilidades de desarrollar diabetes.
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