Siempre se suele decir que lo peor y lo mejor de la diabetes es que no duele. Y es que, precisamente por este motivo, suelen darse, en ocasiones, algunas de las complicaciones propias de esta patología, como es el caso del pie diabético, que está causado por heridas que no terminan de cicatrizar, debido a la pérdida de sensibilidad en las extremidades inferiores.
En otros casos, además, algunas personas con diabetes pueden llegar a experimentar dolor crónico si padecen neuropatía diabética, la cual está originada a partir del daño a los vasos sanguíneos o al tejido local que rodea a las neuronas, debido a los niveles altos de azúcar en sangre. En este caso, los nervios que más se pueden ver afectados son los de piernas y pies, generando desde dolor y entumecimiento de las piernas y los pies, hasta problemas en el sistema digestivo, el tracto urinario, los vasos sanguíneos y el corazón.
A pesar de que la neuropatía diabética puede llegar a ser bastante dolorosa, incluso incapacitante, en algunos países, entre los que se encuentra España, no está reconocida como patología, y queda, en muchos casos, en un segundo plano. Por ello, algunas entidades farmacéuticas están formando y debatiendo sobre esta problemática para que se le dé el tratamiento y abordaje que necesita y merece.
Por todo esto, desde la Federación Española de Diabetes (FEDE), con motivo del Día Mundial del Dolor, queremos reivindicar la lucha para que el dolor de la diabetes no quede oculto tras otras complicaciones.