Descanso y diabetes

Mantener un buen control de la diabetes se consigue a través de la monitorización continua de la glucosa, una alimentación saludable y la práctica de ejercicio. No obstante, hay un factor que suele estar olvidado: el descanso.

Dormir bien es crucial para conseguir una buena autogestión de la diabetes. El ritmo de vida actual al que la sociedad nos empuja, muchas veces impide contar con las horas de sueño necesarias que garanticen una calidad de descanso óptima.

Roncar, no sentirse satisfecho tras el periodo de sueño, despertarse más de una vez, dormir menos de 6 horas o tardar más de 45 minutos en dormirse, son algunos de los signos que indican que el sueño es subóptimo y que, por tanto, puede contribuir a tener problemas cognitivos, pues el cuerpo no se restituye y recupera fisiológicamente como debe hacerlo.

Además, lejos de pensar que dormir más implica más calidad de sueño, es todo lo contrario. Echar más de tres siestas de más de 100 minutos cada una, o dormir más de 10 horas, también apuntan directamente a un sueño subóptimo.

Y el descanso juega un papel crucial en la diabetes: las subidas y bajadas de glucosa por la noche, provocan un empeoramiento del sueño. Una mala calidad del descanso, a su vez, altera el metabolismo de la glucosa y genera una resistencia o empeoramiento de la insulina, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes o, si ya se padece, de empeorar sus niveles.

Por lo tanto, conseguir un descanso óptimo es clave, y para conseguirlo se debe mantener la glucosa en rangos adecuados, hacer deporte, seguir una alimentación saludable, realizar técnicas de relajación o limitar el uso de pantallas antes de dormir. Por otro lado, adaptar la alarma al medidor continuo de glucosa o incorporar suplementos de melatonina pueden ser también buenas opciones para mejorar la calidad del sueño.