La diabetes es una patología que tiene un alto componente genético. No obstante, existe una pequeña distinción dentro de la misma: los hijos o nietos de las personas con diabetes tipo 1 tienen una mayor predisposición a tener diabetes, no a la patología en sí misma; mientras que los descendientes con diabetes tipo 2, tienen un mayor riesgo de padecer la patología que los de tipo 1, y casi siempre hay un familiar muy directo que cuenta con el diagnóstico.
Sea como sea, existe una serie de factores modificables que pueden posponer e incluso evitar el debut en diabetes tipo 2.
Para empezar, mantener una alimentación saludable será imprescindible para tener unos niveles de glucosa adecuados. Una dieta rica en fibra y baja en grasas trans y saturadas y calorías no solo evitará la aparición de la diabetes, sino también de muchos otros problemas de salud. A todo esto se puede añadir que el agua es indispensable para el correcto funcionamiento del organismo, ya que ayuda a la eliminación de desechos y a la regulación del azúcar en sangre. Por eso, los hombres deben beber unos trece vasos diarios, y las mujeres unos nueve, para mantener la hidratación necesaria. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hacer entre 25 y 45 minutos de ejercicio físico aeróbico cada día en adultos, y una hora diaria en niños y adolescentes.
Por último, se debe evitar en cualquier caso el sobrepeso, ya que esto aumenta hasta tres veces la probabilidad de padecer diabetes tipo 2. Para ello, el Índice de Masa Corporal es un cálculo que puede ayudar a saber cuál sería el peso adecuado de cada uno; aunque influyen otros factores, como los ya mencionados: alimentación y práctica de ejercicio.