La práctica regular de ejercicio físico previene la aparición de la diabetes tipo 2 y mejora el control de la patología tras el diagnóstico, evitando el empeoramiento de los síntomas y el desarrollo de otras complicaciones. Sin embargo, en ocasiones los pacientes se sienten perdidos a la hora de escoger un tipo de ejercicio concreto o las mejores horas para practicarlo.
La ciencia puede acabar con esta incertidumbre. Según un estudio publicado en The American Journal of Medicine, es recomendable centrarse en el ejercicio aeróbico. Actividades como montar en bicicleta, nadar o caminar aumentan la frecuencia cardiaca y el uso de oxígeno por parte del cuerpo, ayudando a controlar la glucosa en sangre. Según los expertos, es beneficioso combinar este tipo de ejercicio con el fortalecimiento muscular. Practicar con pesas, mancuernas o el propio peso del cuerpo puede aumentar la sensibilidad a la insulina en pacientes con diabetes tipo 2.
El estudio, para el que fueron analizadas diferentes investigaciones previas, concluyó también que el deporte en las últimas horas del día tiene más beneficios sobre la salud que el que se realiza por la mañana, y que realizarlo después de una comida puede ayudar un poco más a controlar la glucosa que justo antes. Dividir el tiempo que pasamos sentados trabajando en pausas que contengan actividad física fue otra de las recomendaciones de los expertos.
