El desarrollo de la diabetes tipo 2 comienza con la aparición de la resistencia a la insulina. En este momento, es muy importante mantener una alimentación saludable, ya que con ello se podría conseguir superar esa resistencia, disminuyendo o erradicando el riesgo de diabetes.
Según han explicado responsables de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) al diario “20 minutos”, será necesario centrarse en las dietas y hábitos capaces de mejorar el control glucémico y de minimizar otros factores de riesgo cardiovascular, estrechamente ligados a la diabetes. La dieta mediterránea, rica en hortalizas y legumbres, sería la idónea en este caso.
Otro rasgo de esta dieta especialmente beneficioso para controlar la resistencia a la insulina es que prioriza el pescado y el huevo frente a las carnes rojas y complementa el contenido nutricional con pan, pasta y arroz integral. Además, la dieta mediterránea se caracteriza también por el consumo frecuente de yogur y aceite de oliva, alimentos muy beneficiosos para la salud.
Algunas recomendaciones nutricionales básicas incluyen también disminuir la ingesta de sal, comer dos porciones de pescado azul a la semana, evitar el trigo refinado o limitar el consumo de alcohol a 14 unidades pequeñas a la semana, entre otros consejos.
