La diabetes, por su condición de enfermedad crónica, exige una serie de autocuidados durante toda la vida. Ser capaces de integrar dichos hábitos en lo cotidiano será sin duda uno de los mayores retos de los pacientes, pero también un valioso aprendizaje y una garantía de su calidad de vida. En este sentido, la adherencia a los tratamientos será fundamental para mantenerse fuera de riesgo y gozar de buena salud.
Por “adherencia al tratamiento” entendemos el grado de cumplimiento terapéutico por parte del paciente de todos los cuidados prescritos por su médico. Un cumplimiento que no se limita a tomar o no la medicación correspondiente, sino que engloba todas las conductas necesarias para mantener un adecuado control glucémico, incluyendo los hábitos físicos y de alimentación o la prohibición de sustancias como el tabaco o el alcohol.
Según los especialistas, hay muchos factores que intervienen en el compromiso del paciente con su tratamiento, incluyendo los emocionales y psicosociales. Así, cuestiones como el apoyo social y familiar o la relación del paciente con las nuevas tecnologías serían igualmente relevantes en este caso que tener acceso a asistencia médica y psicológica de calidad.
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