Muchas veces nos olvidamos de la importancia y del rol que la salud emocional tiene sobre nuestra salud en general. Y, en estos momentos en los que mundialmente vivimos una de las etapas más difíciles de nuestra época más reciente, una de las áreas personales que más se está viendo afectada es esta: la salud emocional.
Si incluimos el cuidado de la diabetes en el reto de mantenernos fuertes emocionalmente en mitad de una pandemia mundial, podemos ver cómo lo primero afecta directamente a lo segundo.
El manejo de diabetes es un trabajo constante, repetitivo, que no podemos ignorar y que, en ocasiones, puede ser muy pesado para algunas personas. Este sentimiento de cansancio, también conocido en inglés como “burnout”, provoca que muchas personas no cuiden de su patología de manera adecuada y, en consecuencia, los niveles de glucosa se vean afectados.
Sentirnos abrumados es normal y no es motivo de pena o vergüenza pedir ayuda si es necesario. Para buscarla, es fundamental que sepamos identificar qué nos provoca estrés, qué nos preocupa y buscar maneras de solucionarlo, si es posible. Sin embargo, también es importante poder entender que no tendremos soluciones a todas las situaciones que nos toque vivir. Cuando esto esté interiorizado, nos podremos sentir en paz con nosotros mismos, algo que, sin duda, tendrá beneficios para la salud en general.
Vivir con diabetes no es sencillo y, aunque a veces lo veamos como algo muy difícil de sobrellevar, siempre debes saber que no estás solo. Y si sientes que es demasiado para ti, busca ayuda, expresa tus sentimientos e identifica maneras de relajarte y meditar. Y aun así, cuando sientas que la vida se empeña en derrumbarnos, nunca dudes de lo fuerte que eres.