Que se convierta en prioridad

Cuando eres una persona con diabetes y te hablan de la educación diabetológica, lo primero que se viene a la cabeza es la nutrición, el conteo de hidratos y cómo comer adecuadamente fuera de casa sin que eso suponga unas hiperglucemias interminables. Sin embargo, la educación diabetológica abarca muchos más temas y podríamos decir que es el 360º de la diabetes. Fundamental, no solo al inicio o el diagnóstico, sino también a lo largo de la vida del paciente con diabetes.

Por este motivo, como personas con esta patología, es muy importante tomar las riendas de nuestro conocimiento en la patología y actualizarnos de manera periódica, ya sea de la mano del profesional sanitario o liderando nosotros mismos nuestra propia formación. En este sentido, hay ciertos aspectos que, para mí, son fundamentales conocer a la perfección:

  • Alimentación: Cómo contar raciones, lectura de etiquetado, cálculo de la Unidad Grasa – Proteínas (UGP), ratio y factor de sensibilidad, entre otros.
  • Tratamiento: Función de la insulina, manejo de la resistencia a la misma, duración y picos de máxima acción de cada una de ellas, técnicas de inyección y rotación, prevención de lipodistrofias, etc.
  • Ejercicio: Diferencia entre aeróbico y anaeróbico, efecto del ejercicio en la glucosa, ajustes del tratamiento al mismo, alimentación durante el deporte, etc.
  • Hipoglucemias e hiperglucemias: Cómo manejar cada una de ellas, gestión del estrés y el miedo, uso del glucagón, detección de síntomas, uso de alarmas para hipoglucemias inadvertidas, alimentación en situaciones especiales, entre otros aspectos.
  • Tecnologías: Entender su uso, el manejo de las expectativas, del estrés y la sobreprotección, el análisis de datos y patrones, la toma de decisiones en base al dato e integración de estas en el tratamiento.
  • Gestión emocional y salud mental del paciente y la familia.

Sin embargo, cuando leemos esta lista, que solo recoge ciertos aspectos de la educación en diabetes, como pacientes nos preguntamos ¿pero seré capaz de estar al día en todo ello? Sin duda, es complejo. Por ello, la figura de la educadora y / o enfermera en diabetes es clave.

Actualmente en España esta figura, en ocasiones, brilla por su ausencia… como es en el caso de los colegios. Pero es fundamental y, cuando la tenemos, debemos aprovecharla para maximizar nuestro conocimiento y aprender de los temas que os comentaba anteriormente de manera apropiada. Por tanto, como pacientes, ¿qué podemos hacer?

  • Preguntar en nuestro hospital por la disponibilidad de una educadora en diabetes y gestionar citas, al menos una anual con ella para refrescar conocimientos y estar al día.
  • Preparar nuestras citas con ella para asegurar que resolvemos todas nuestras dudas.
  • Poner en práctica lo aprendido.
  • Acudir a fuentes web fiables para continuar con nuestra formación de manera segura. Si no sabes cuáles son, preguntar a tu endocrino, educadora o asociación en diabetes para que te remitan a sitios web seguros.

Pero ¿qué ocurre si no tenemos enfermera especializada en diabetes? Desde mi punto de vista, tendremos que buscar la forma de formarnos en nuestra patología, principalmente a través de las asociaciones. No obstante, es fundamental que como comunidad sigamos haciendo presión para conseguir que tener enfermeras educadoras no sea un privilegio, sino una normalidad, tanto en el entorno sanitario como en los colegios. Así que os invito a dos cosas:

  1. Seguir formándoos día a día para mejorar el control de la diabetes.
  2. Firmar esta petición para conseguir que haya enfermeras escolares en todos los centros donde haya un niño con diabetes o patología crónica que necesite de un experto.

Espero que la educación diabetológica se convierta una prioridad para el sistema sanitario y, en consecuencia, nos ayude a mejorar el manejo de la diabetes.