Según datos correspondientes a 2020, publicados por el Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad (NAOS) el sobrepeso afecta al 37% de la población adulta en España mientras que un 16% de personas presentan obesidad, lo que supone que, en conjunto, el 53,6% de la población española tiene exceso de peso.
Estas cifras claramente preocupantes son aún más alarmantes si tenemos en cuenta que la ganancia de peso se asocia no solo a una acumulación de tejido adiposo si no que, además, dicha acumulación hace que el propio tejido se enferme, se vuelva disfuncional, lo que abre la puerta al desarrollo de otras muchas enfermedades graves, desde enfermedades cardiovasculares e hipertensión hasta ciertos tipos de cáncer.
En particular, el aumento de la adiposidad es el factor de riesgo más importante para desarrollar diabetes mellitus de tipo 2. La combinación de los efectos adversos de ambas enfermedades, que se ha definido con el término de ‘diabesidad’, constituye un grave problema de salud pública. Si queremos reducir esta doble epidemia, es imprescindible establecer urgentemente estrategias políticas firmes que incluyan modelos de prevención, diagnóstico y tratamiento eficaces de la obesidad, una enfermedad multifactorial, crónica y recidivante que representa, además, un importante determinante de incapacidad y de reducción de la expectativa de vida.
María del Mar Malagón
Presidenta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO)