Nuevas herramientas para la formación

El empleo de diversos sistemas de telemedicina se está generalizando, poco a poco, en España, y sobre todo en momentos como el actual, en el que las consultas presenciales en los centros de salud se han visto reducidas para evitar riesgos innecesarios de contagio del COVID-19. Por lo que se refiere a la diabetes, esta alternativa de control de la patología ha demostrado ser una herramienta segura y efectiva, en relación con el control metabólico y del tratamiento en general. De hecho, varios estudios ponen de manifiesto la eficacia de la telemedicina en intervenciones relacionadas con la telemonitorización.

Pero quizás, donde más recorrido y beneficios pueda tener la telemediciana, para las personas con diabetes, sea en su aplicación en la educación terapéutica (ET), por medio de programas educativos virtuales. Esto no es nuevo, pues ya existen precedentes al respecto, aunque no es algo generalizado en países como España. Su origen radica en sistemas telemáticos, que se crearon como herramientas de apoyo, primero para los profesionales sanitarios, y, posteriormente, para los pacientes con diabetes, basado en el desarrollo de actividades de autocuidado. A día de hoy, todo esto ha quedado atrás, poniendo a disposición de ambos colectivos, por igual, la misma información relativa a, por ejemplo, la automonitorización, aunque con diferentes funciones y responsabilidades.

Por lo que se refiere a la aplicación vía online de la ET, también se puede llevar a cabo a través de los smartphones, cuyo empleo se ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Según diferentes trabajos analizados sobre este tema, estas herramientas están ya al servicio de los profesionales sanitarios y de los pacientes con diabetes, para el seguimiento de la monitorización de la glucosa, la ingesta de hidratos de carbono y del ejercicio físico. Por otro lado, las páginas webs también tienen un gran potencial para mejorar la información sobre la salud y establecer otras vías de comunicación entre pacientes y profesionales. Su objetivo es, fundamentalmente, facilitar el automanejo de la diabetes, así como incluir información relacionada con la patología.

En este sentido, las asociaciones de personas con diabetes se encuentran en un estadio avanzado, pues la mayoría de ellas ya cuentan con portales web, redes sociales y / o chats a través de los que, no sólo proporcionan información y formación, sino que también aportan un valor añadido que sólo ellas pueden generar para los pacientes: “experiencias” reales y testimonios de otras personas con diabetes. Para los pacientes y sus familiares esto último es también muy importante; y está demostrado que la información y formación dada desde las asociaciones de pacientes y por los denominados “pacientes expertos” contribuye a mejorar, fundamentalmente, datos relacionados con la adherencia al tratamiento.

Sin embargo, se debe ser realistas y tener presente que la telemedicina, y más en España, tiene algunas preguntas aún sin respuesta. A saber: ¿disponemos de sistemas que permitan este tipo de asistencia?, ¿es mejor un programa puntual en un momento determinado o de larga duración? Todavía falta mucho por hacer, y aunque los hechos demuestran poco a poco que tarde o temprano se irán resolviendo muchas de estas incógnitas, lo que está claro es que, por mucho que se avance en este terreno, el contacto presencial y las experiencias de iguales que se aportan desde las asociaciones de pacientes, seguirán siendo cruciales y necesarias.