Marcar objetivos reales

El papel del médico de familia es fundamental en diabetes, pues el paciente con esta patología requiere de un abordaje individualizado y multifactorial, cuyo objetivo de control de todos los factores, como los cardiovasculares, entre otros, dependerá de sus características individuales.

La calidad de vida de los pacientes, en este sentido, está ligada directamente a la educación terapéutica; la cual es imprescindible para motivar y capacitar al paciente y a su familia en el control de la enfermedad.

La mayoría de los pacientes que debutan en diabetes tipo 2 son diagnosticados por su médico de Atención Primaria, el cual, junto con su equipo de Enfermería, son los encargados del planteamiento del tratamiento, centrado en individualizar los objetivos de control glucémico en función de sus características biopsicosociales; y teniendo en cuenta sus comorbilidades, su capacidad funcional y cognitiva-afectiva, además del soporte social, lo que permite marcar objetivos reales a la hora de ser necesario modificar un tratamiento.

El diagnóstico y seguimiento de los pacientes con diabetes debe llevarse a cabo en Atención Primaria porque los centros de salud son la puerta de entrada de este colectivo al sistema sanitario y la diabetes tipo 2 constituye en el momento actual una de las enfermedades crónicas más prevalentes.

Los equipos de Atención Primaria, asimismo, garantizan la accesibilidad al sistema sanitario, la continuidad en la asistencia y la integración de los equipos multidisciplinares. Y en este contexto, es esencial la organización de un sistema de cuidados que sean compartidos y que contemple varios aspectos, preventivos, curativos y rehabilitadores, de la enfermedad.

Por lo tanto, un tratamiento precoz puede prevenir o retrasar las complicaciones. Finalmente, recordar que, para proporcionar una asistencia sanitaria eficiente, se debe ser sistemático a la hora de solicitar exploraciones a fin de detectar las complicaciones crónicas micro y macrovasculares y, por ello, es necesario un equipo multidisciplinar para conseguir una buena educación diabetológica, siendo el personal de Enfermería un pilar esencial.

Hay que tener en cuenta que la aparición de la diabetes sitúa al sistema familiar ante una enfermedad inesperada, con una importante carga emocional, lo que exige unas medidas terapéuticas basadas en cambios de hábitos de vida no solo para el paciente, en ocasiones también para la familia.