Maravillosas experiencias

Cada verano los niños con diabetes tienen la oportunidad de vivir la maravillosa experiencia de los campamentos; son días llenos de aventura y nuevas experiencias. Cuando se convive con esta patología, es muy común que los jóvenes sean los únicos con diabetes en su ambiente escolar. Esto les hace sentirse diferentes, pudiendo afectar a su vida social y autoestima. Sentirse identificados y poder ver e intercambiar experiencias con otras personas que viven con diabetes es enriquecedor y ofrece influencias positivas a largo plazo.

¿Es seguro que mi hijo con diabetes asista a un campamento? Como padres nos aterra la idea y nos provoca ansiedad; sin embargo hay otra cara de la moneda. En los campamentos, a los niños les acompaña un grupo de profesionales apasionados por la comunidad de diabetes, que fomentarán la educación experiencial que da como resultado el crecimiento emocional e independencia necesaria para vivir con esta patología.

Los campistas aprenderán sobre el manejo de la diabetes, pero también vivirán experiencias enriquecedoras, como el trabajo en equipo o la solución de problema, que les ayudarán a desarrollar la madurez necesaria para hacer de la diabetes un aspecto saludable en su vida.

Las familias dicen que, cuando sus hijos con diabetes regresan a casa del campamento, se muestran más seguros de sí mismos, ven su diabetes como algo más normal, están más preparados para manejarla y están dispuestos a ser más responsables. Y, como beneficio aún mayor, los campamentos ofrecen la oportunidad de hacer nuevos amigos que pueden llegar a ser grandes ejemplos y mentores a lo largo de la vida.

Texto de Mila Ferrer.