¿Hasta cuándo?

La encuesta ‘Nutrición y hábitos de alimentación’, realizada por la Federación Española de Diabetes (FEDE) y hecha pública esta semana, pone de manifiesto que un 97% de las personas con diabetes se fija en las etiquetas de los productos cuando realiza la compra, con el objetivo de consultar la cantidad de azúcares que lleva (88%), además de para comprobar los ingredientes (71%), la fecha de caducidad (63%), la cantidad de grasas (41%) o la de calorías (31%) que contienen. Ahora bien, ¿están las personas con diabetes suficientemente formadas para poder interpretar esa información y poderla aplicar de manera correcta en su día a día para controlar de forma adecuada su diabetes?

Lo cierto es que, a día de hoy, es bastante probable que la respuesta sea no, en el caso de las personas con diabetes tipo 2, ya que la formación que reciben sobre alimentación -uno de los pilares del tratamiento-, en muchas ocasiones deja mucho que desear. Ni es individualizada ni continuada; y aunque de un tiempo a esta parte ha habido cambios, hasta no hace mucho, tras el diagnóstico de diabetes, lo más “personalizado” que recibía el paciente, sobre “alimentación para la diabetes”, era un dietario en el que se recogía un menú para cada día de la semana. Es decir, que se proponía cocinar y comer todos los lunes lo mismo, todos los martes lo mismo y, así, hasta el domingo.

Ante semejante “propuesta”, ¿quién puede pensar que haya adherencia al tratamiento y los pacientes puedan tener bajo control su diabetes? ¿Y hasta cuándo esto será la tónica habitual en nuestro país?

Desde las federaciones y las asociaciones de diabetes trabajamos para que esto cambie y, aunque se van dando pasos, aún no son suficientes para poder asegurar que  las personas con diabetes de España pueden ser autónomas en la gestión de su patología, con el apoyo de su equipo médico, y, por lo tanto, corresponsables con su salud y adherentes al tratamiento.