Grandes aliadas

Las enfermeras de Atención Primaria, sin duda, son referentes y líderes del cuidado de la población que está diagnosticada con diabetes.

La educación sanitaria y para la salud son las principales intervenciones de una enfermera en el nivel primario y, en el caso de la diabetes, resultan clave para que los pacientes puedan tener un buen control de la enfermedad y mantengan los niveles de hemoglobina glicosilada en valores aceptables sin desviaciones, consiguiendo con ello una reducción considerable de las complicaciones.

Para ello, las enfermeras actúan con diferentes estrategias. La valoración de enfermería individualizada es el inicio de un proceso de atención y cuidados enfermero que se basa siempre en la evidencia científica y en la actualización del conocimiento continuo en una patología, como es la diabetes, en continua evolución respecto al tratamiento y control. Una vez realizada la valoración individualizada, las enfermeras realizan los diagnósticos enfermeros correspondientes y, en base a ello, planifican sus intervenciones o actividades principales y enfocan unos resultados esperados en salud que,  posteriormente, mediante indicadores de cuidados, serán monitorizados. Se evaluará el logro de los objetivos marcados que, fundamentalmente, se asocian a un buen control de los valores de glucemia en sangre, hábitos de vida saludable y adherencia al tratamiento, tanto farmacológico como no farmacológico, como pueden ser la dieta o el ejercicio físico.

El seguimiento del paciente con diabetes en Atención Primaria lo lidera la enfermera, con la aprobación, en el año 2022, de la “Guía de Indicación, uso y autorización de la dispensación de fármacos de prescripción médica en diabetes”, que ha permitido dar un salto cualitativo en la actuación, dando cobertura legal a una actividad que la enfermera de Atención Primaria venía realizando de forma histórica bajo el paraguas de la invisibilidad. Ahora, la enfermera puede realizar el seguimiento del paciente con diabetes, puede ajustar dosis en base a los protocolos y guías aprobados por el Ministerio de Sanidad y las diferentes CC AA, facilitando el control de la enfermedad, mejorando los cuidados y proporcionando mayor calidad asistencial.

La enfermera de Atención Primaria es el referente del cuidado, tanto para el paciente con diabetes como para los cuidadores. Una de las líneas clave de actuación es fomentar la autonomía del paciente, empoderar al mismo en el manejo de su enfermedad y, si no puede realizarlo de forma autónoma, potenciar a un familiar como cuidador principal que asuma las funciones necesarias para que el paciente tenga disponible las mejores alternativas sanitarias para manejar su enfermedad.

En diabetes resulta fundamental incorporar la tecnología de forma ágil y rápida, como, por ejemplo, la de los dispositivos subcutáneos de control de glucemia que miden la glucosa en el líquido intersticial, permitiendo una monitorización continua del nivel de glucosa sin tener que realizar punciones en el dedo al paciente. Esto mejora la calidad de vida, permite ajustar los tratamientos a las necesidades reales en cada momento y, lo más importante, si hay un buen control de la enfermedad evitamos complicaciones a largo plazo tan graves como el pie diabético, la insuficiencia renal o la retinopatía diabética, entre otras. Por tanto, mejoramos la calidad de vida y se reducen los costes sanitarios.

Las enfermeras de Atención Primaria son el gran aliado sanitario para los cuidados de  la diabetes.

Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE)