un fonendoscopio diabetes y atención primaria

Diabetes y Atención Primaria

Los médicos de Atención Primaria soportan un gran peso asistencial que por más que haya quedado en evidencia durante la pandemia, se trata de un problema de hace ya tiempo, y que termina afectando, tanto a los pacientes como a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS). Los orígenes Medicina Familiar y Comunitaria se encuentran en la medicina rural, ejerciendo a veces su profesión con una precariedad anacrónica. A partir de la segunda mitad del siglo XX la creación de ambulatorios y servicios de urgencias en las ciudades y en los pueblos grandes permitió a los médicos de cabecera trabajar ocho horas diarias y tener un descanso los fines de semana. Pero el punto de inflexión se produjo cuando en noviembre de 1978 se fundó la Comisión Nacional de Medicina Familiar y Comunitaria, y a partir de 1979 comenzaron a formarse en los hospitales y centros de salud con docencia los primeros médicos residentes en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria.

Sin embargo, a día de hoy, poco se ha evolucionado en lo básico. Atención Primaria sigue, en muchos casos, trabajando en precario, siendo infradotada e infrautilizada. Lógicamente, esto pasa una gran factura a los propios profesionales sanitarios, pero también a los pacientes, sobre todo a los que conviven con patología crónicas, como es la diabetes, la más prevalente en nuestro país. Ante esta situación, no cabe duda de que los gestores deben cuidad mucho más y mejor de nuestra Atención Primaria, ya que es la primera puerta que atraviesan los ciudadanos para entrar en contacto con la salud pública. A pesar de ello, en las últimas convocatorias muchas plazas de médicos de Atención Primaria han quedado sin cubrir. Y esto ha generado que, en la actualidad, falten 5.000 médicos de familia para que en España pudiéramos decir que existe una Atención Primaria de calidad.

Se trata de un problema no ya estructural, sino coyuntural, sobre el que todos los agentes debemos trabajar para evitar que vaya a más. Y es que, y tal y como ya avisan los expertos desde hace tiempo, invertir en Atención Primaria es beneficiosa para la salud de la sociedad en general. No obstante, los sistemas sanitarios, al estar muy presionados por reducir listas de espera quirúrgicas y por las
novedades farmacológicas y tecnológicas, terminan por derivar en que Atención Primaria cada vez disponga de una parte más pequeña de presupuestario sanitario.

Por calidad de vida, por salud y por una sociedad más sana, todos, incluidos los representantes de los pacientes somos parte del problema y también de la solución. Tomemos medidas y actuemos ya.