Llegados a este punto, en un mundo cada día más y más digitalizado, es prácticamente imposible existir sin redes sociales. Algunas personas las utilizan como escaparate para que sus negocios lleguen a más gente y otras para informarse de los temas que les interesan, y que encuentran en perfiles de usuarios que se dedican precisamente a esto: comunicar y generar contenido.
A pesar de que el término ‘influencer’ puede tener tintes negativos debido a las malas prácticas de algunos que dicen llamarse así, en el ámbito de la salud, concretamente de la diabetes, muchos creadores e informadores consiguen acercar a un amplio público todos los aspectos que hay que visibilizar de esta patología desde la responsabilidad.
Por ello, es fundamental identificar a estos ‘influencers’ en diabetes de referencia que acuden a fuentes fiables, cuentan sus experiencias y, lo más importante, no sólo no promueven bulos o fake news entre sus seguidores, sino que luchan contra ello.
Conocer tanto a estos informadores que contribuyen y aportan a digitalizar al paciente, así como denunciar las malas prácticas de aquellos que realizan justo la labor contraria difundiendo contenido, es clave para la convivencia digital.
En pleno siglo XXI, apostar por el mundo virtual es un acierto y es algo que la medicina y el Sistema Nacional de Salud (SNS) deben tener como imprescindible a la hora de mejorar la calidad de vida de los pacientes y su empoderamiento.